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SALSEROS DOMINICANOS EN CONFLICTO CON SUS DISQUERAS Y FUERA DEL ESCENARIO ARTISTICO

Problemas con disqueras, demandas por canciones y denuncias de engaños…, parece que ya la gallina de los huevos de oro no pone donde ponía en la industria salsera, como en años anteriores. Y sin duda, los nuevos exponentes han sido los más afectados en este panorama que limita a un género que hasta hace poco navegaba con la corriente, de la mano de una generación que ahora se ha visto con las alas cortadas.
David Amparo abrió este proceso no tan halagüeño el pasado año. Al igual que su público, sufrió cuando tuvo que despojarse de su antiguo nombre (David Kada) al enfrentarse a la disquera que manejaba su carrera cuando decidió cortar su relación artística. Desde entonces, no ha sido lo mismo para este joven artista, quien en septiembre de 2014 dijo que “nunca he mencionado que cambié el nombre para evadir mi situación legal porque es algo imposible, de ser así muchos estarían libres de problemas. Sé lo que estoy haciendo y tengo fe en que saldré vencedor”
La empresa A.R. Entertaiment Récords interpuso una oposición judicial contra Carlos David Amparo (David Kada), para que éste no se presentara públicamente, ni pueda ser contratado como artista usando el nombre de David Kada. El caso desaceleró la carrera del intérprete de “Estos celos” (versión salsa), aunque ahora está moviendo sus alas con cierta libertad nuevamente.
Pero A.R. Entertaiment Récords no sale de una. Es la misma empresa que está siendo demandada por los representantes legales del salsero Jehú El Rey.

De acuerdo a un comunicado de prensa, los representantes de Jehú entablaron una “demanda en ejecución de contrato, pago de valores y reparación de daños y perjuicios contra la empresa, del empresario Frank Prada y contra el señor Manuel Fernando Valenzuela”.
Danilo Danubio Pérez Silfa, abogado de la compañía Happy Records, S.R.L, que preside Francisco Martínez Peguero, reveló que tanto Prada como Valenzuela, supuestamente violaron un acuerdo de pre-venta del proyecto artístico Jehú El Rey, rubricado el 1 de julio del 2014.
“Dicho acuerdo, en el que Frank Prada se hizo representar por el señor Manuel Fernando Valenzuela, establece el pago de US$85,000.00, de los cuales AR Entertainment entregó como primera suma US$25,000.00, el 12 de junio del 2014; como segundo pago, un vehículo BMW, modelo X-5 (con un valor de US$29,000.00) y una tercera parte por valor de US$30,000.00, que sería pagada en un plazo de 60 días luego de firmado el contrato (30 de agosto del 2014), el que, hasta la fecha, no se ha concretado”, indica el abogado.
El acuerdo, según reveló “establece que si la parte compradora no cumple con lo acordado para este último pago se compromete a pagar una penalidad de US$100.00 por cada día dejado de pagar y en caso de que el comprador decida rescindir el contrato perderá el 40% de lo entregado y se le devolverá el vehículo y lo que resta será entregado al comprador”, informó el licenciado Pérez Silfa.
Happy Records dijo que ha tratado de localizar a Frank Prada y Manuel Fernando Valenzuela para lograr un acuerdo y evitar llegar a los tribunales, “pero los esfuerzos han sido inútiles”.
Como era de esperarse, hicieron un llamado a Jehú El Rey para que se abstenga de realizar actividades y presentaciones en público, y a la compañía AR Entertainment Records para que no realicen promociones, giras y actividades con el artista.
En el caso de Yanfourd, su empresa Elegant Records invirtio una millonada en levantar su figura y carrera llevandolo a ocupar dos veces el primer lugar de la lista tropical de Billboard y un buen posicionamiento en el mercado nacional, ahora Yanfourd alude que el contrato no le beneficia y se ha revelado utilizando su ex manager para vender fiestas a precio de vaca muerta y ganarse la vida echando por el suelo todo el prestigio que le dio Elegant Records.
Lo de Yiyo
Yiyo Sarante amenazó hace poco con querellarse contra Planet Récords y la promotora Ferrante Productions.
“El engaño”
Alega que han explotado con fines comerciales el tema “Nos engañamos los dos”, sin su autorización ni del compositor.



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